Ideologías de mercado

miércoles, 23 de junio de 2010

"Iglús", de Vetusta Morla



Si uno se para a pensar acerca del devenir de las cosas importantes, del porvenir de las personas y de las generaciones que heredarán esta sociedad, no puede evitar sentir una inconsolable impotencia y un insondable pesimismo.

Todas las grandes ideas, todas las revoluciones sociales, todas las ideologías se han convertido en marcas, en eslogans que lucir en una camiseta, en palabras vacías con las que defender enaltecidos una postura intransigente en la barra de un bar. Criticamos en la distancia lo negativo de la sociedad mientras nos aislan cada vez más en nuestra casas atiborrándonos de programas televisivos de personas satisfechas con sus casas, descontentas con sus mascotas o críticas con la vagancia de los jóvenes. Visiones que nos muestran una realidad tan parcial como interesada de las cosas horadando nuestras conciencias para que lo identifiquemos con la indiscutible y absoluta realidad.

Los socialdemócratas en Europa son totalmente incapaces de movilizarse ante las nuevas políticas de ajuste, instigadas por la tiranía de los mercados, reduciéndonos a un cómodo discurso de sofá. Los neoliberales bombardeando con la vieja idea de que no está hecha la miel para la boca de los pobres, aprovechando las vacas flacas para imponer la tiranía de los poderosos o lo que es peor, vendiendo una falsa imagen de preocupación social ante los presentes acontecimientos. Los intelectuales cuya presencia es cada vez más invisible y cuya voz está cada vez más callada y más presa de sus propias contradicciones. La sociedad en definitiva, cada vez más polarizada en una postura estanca e intransigente. Las personas cada vez más preocupadas en defender a capa y espada su bando enarbolando su propia bandera y menos preocupadas por pedir responsabilidades a sus políticos, que rentabilizan este desinterés para llenarse los propios bolsillos a costa de lo que sea. Ellos también son, en definitiva, seres tan individualistas y egoistas como la sociedad que los vota y por ello se aprovechan.

Sin embargo si extrapolamos esta reflexión al plano individual uno no se suele sentir precisamente por encima de las circunstancias. Sin ir más lejos, comparto esta reflexión con vosotros redactando el texto desde mi portatil Sony VAIO, mientras tomo una taza de café Nespresso y saboreando el humo de mis cigarrillos rubios americanos marca Chesterfield, seguramente igual de influido por la propaganda mediática de algún grupo multinacional de información que venda un punto de vista de la (des)información que más me satisfaga escuchar.

Absolutamente repugnante. Me queda el consuelo de pensar que sigo siendo lo suficientemente libre como para plantearme algunas cosas.

Anuncio por palabras

lunes, 14 de junio de 2010


Urgente:

Se ofrece no venderse a ningún precio.
Razón: Absolutamente nadie.


Necrológica:

Roguemos por el alma de la honestidad política española que falleció hace años siendo descubierto su cadáver entre los restos de la explosión de la burbuja inmobiliaria.

Tu maltratado pueblo que no quisiera olvidarte.


Post para participar en el "concurso de relatos sobre anuncios clasificados de tablondeanuncios.com" (www.tablondeanuncios.com). Si queréis participar os dejo este enlace al blog donde podréis encontrar las publicaciones participantes y las bases.

Humilde soneto octosílabo

jueves, 3 de junio de 2010

"Everything's not lost", de Coldplay




Si no falto a la verdad
buscando paso los días
una vida de verdad,
una honorable salida.


Buscando la felicidad
pasan desapercibidas
enterradas en el mar,
las pequeñas alegrías.


Las espadas vuelan alto.
Dice la voz del olvido
que está vendido el pescado.


Algun día doy el salto.
No todo está perdido
porque todo no está encontrado

El día mundial de la libertad

lunes, 17 de mayo de 2010

"Canción del fin del mundo", de los Planetas



Se acabaron las buenas intenciones. Se acabó la presunción de inocencia. Con las vacas flacas se acabaron las manos protectoras.

Pasado más de un año de la "quiebra" del sistema financiero internacional, nos hemos cansado de oir cantos de sirenas por parte de los líderes políticos hablando incansablemente de un nuevo modelo económico, de una refundación del capitalismo, de un futuro crecimiento solidario y sostenible, de acotar la ambición de los poderosos. Pasado este tiempo contemplamos perplejos como se sacrifican en el sacrosanto altar de los mercados las buenas intenciones y lo que es más triste, las esperanzas de cambio.



El gobierno de este país, adalid de las buenas palabras, de la política social, del sempiterno no al recorte de prestaciones, ha claudicado al imperativo europeo. ¿Un mal necesario? ¿Un sacrificio temporal? Curiosamente han empezado el melón por las tajadas más finas, atacando a las flageladas clases medias y a los pensionistas.

Ahora nos cuentan que a poco que salgamos de esta, recuperarán con creces el terreno cedido para nuestro regocijo y satisfacción. Ya no tienen crédito para que nos lo creamos, lo han malgastado vilmente y de un plumazo. Sin embargo, tanto las reacciones sindicales como las alternativas de gobierno solo servirán para empeorar el asunto.

Existen pocas ventanas a la esperanza en este mundo. Los estados y sus ciudadanos sometidos al especulador mercado, la fe esclava de la intolerancia de la Iglesia, la justicia doblegada ante la corrupción, la libre opinión maquillada por el partidismo. ¿Qué nos queda?

Por suerte hoy es el día mundial de internet. Este sistema tan calculador ha descuidado una brecha para que nos expresemos libremente, para que denunciemos los abusos, para que todo el mundo se relacione de manera instantánea. Es tiempo de revoluciones. Aprovechemos la oportunidad antes de que sea tarde.

Arriesgarse

sábado, 15 de mayo de 2010

"La sombra", de Sidonie



Aquella tarde decidió con tristeza
no dejarlo todo y seguirla
porque pensaba que se arriesgaba a convertirse
en un esclavo de sus caprichos.

Desde entonces dejó de ser él
para convertirse en la sombra
atada a unos pies que se dirigían directamente
hacia su propio fracaso.