Línea Benalmádena - Sevilla

sábado, 19 de diciembre de 2009

"Sevilla", de Miguel Bosé



Estimados asiduos del blog:

En primer lugar ruego disculpéis mi obstinada ausencia durante las últimas semanas en este rinconcito de internet que espero sigais visitando y comentando.

Pero todas las cosas en esta vida tienen su explicación. Como algunos sabréis me encuentro en medio de un pequeño terremoto vital. Después de seis años morando en la Costa del Sol, me veo "obligado" a hacer el petate y trasladarme a la ciudad de Sevilla. Motivos laborales obligan, y me veo flotando en un mar de dudas en lo emocional.

Es curioso ver como la empresa, al igual que un nuevo mesías, el día menos pensado te dice a las claras "déjalo todo y sígueme". No lo es menos observar como uno lo hace sin rechistar y no precisamente desde la libertad y el convencimiento de aquellos apóstoles.

Esta entrada es muy pequeña para recordar todo lo que dejo e orillas del Mediterráneo. Pero sí quería dejar constancia de lo mucho vivido, sufrido y disfrutado. Y quiero decir muy fuerte que nunca olvidaré a tantos compañeros y amigos como dejo atrás.

Estas semanas y pese a la incertidumbre os quisiera llevar a todos en el tren que es mi corazón para que podais acompañarme en mi aventura sevillana.

En el inicio del enésimo año cero de mi vida y desde mi rincón favorito para escribir (La Copla, Úbeda), os invito a que compréis el billete. Os lo pido por favor. Muchas gracias por todo.

Residuos orgánicos

viernes, 27 de noviembre de 2009

"More than a feeling", de Boston



¡Recíclese!
Prohibido verter basura antes de las 21:00 horas.


Deshágase de su violencia en el contenedor rojo.
Deposite su odio en el contenedor negro.
Recicle su envidia para no volverse verde.
El amarillo, para sus malos pensamientos.




¡Despierte!
Prohibido levantarse después de las 7:00 horas.


Compita con fuerza y odie a sus competidores.
Desahóguese a costa de sus seres queridos.
Empápese de noticias, imágenes, rumores.
Desinfórmese el cerebro, la vista y el oído.
Produzca lo más rápido posible.
Ansíe tener más que su vecino.


Son las 20:00 horas.
Vuelva a casa y no lo olvide.
¡Recíclese!

Diferente a todos

sábado, 14 de noviembre de 2009

"The passenger", de Iggy Pop



Corre, que no te venza el ocaso.
Que no te descubra el sol vagando borracho.
Aprieta los dientes y corre, callándote la rabia.
Nadie querrá verte, cordero, en la puerta de su casa.

Corre, y si te cansas, consíguete unas alas
y álzate por encima de las tablas
que sostienen el absurdo teatrillo.
Que no te vean siquiera. Sabes que tu no eres,
como pretenden que seas, una atracción de circo.



¿Recuerdas? Una vez tuviste un sueño.
En un llano ibas en pos de la dama
que, corriendo, perseguía el horizonte.
Dama blanca, pelo negro, vestido de viento.
Desde ese día sigues sus pasos
y no te importa dónde te lleven.
Corre, aunque te falte el aliento.

Corre, por encima de las vidas.
Corre, por encima de los hombres.
No te pares. Este no es tu sitio.
¡Corre!

Graves dolores de cabeza (parte II)

martes, 3 de noviembre de 2009

"Escena de Los Palomos", con José Luis López Vazquez



Parece extraño. Soy una persona a la que le gusta leer, el cine, la música, el teatro, me interesan las nuevas tecnologías y me preocupo por intentar informarme... Descubro no sin cierta sorpresa que para mí la noticia del día parece ser el (europeo) gran derbi futbolístico.
No quiero justificarme. Quizá soy de esos. Entendámonos, no de esos que dilatan sus pupilas y sus papilas deglutiendo telebasura, no de los que desconocen al literato, ni siquiera uno de los que no ha leido ninguno de sus libros. Pero estoy entre esos que le tienen una sana y moderada pasión al fútbol. Es criticable. Tanto como al que le gusta ver a José Tomás destripar dos "Miuras". Discutible y polémico.

Recuerdo que esta semana también nos ha dejado un maravilloso actor, igualmente artesano y artista de su oficio. José Luis López Vázquez nos dejó trabajando, longevo y lúcido como Ayala. Quizá nuestro histriónico actor me sea más cercano. No soy tan profundo, tan culto.


Si esta noche pierde el Madrid me dolerá la afición. Mañana aguantaré las burlas de mis compañeros de trabajo, no me molesta. Muriendo José Luis López Vazquez me ha dolido algo el corazón. He disfrutado a rabiar de algunas películas suyas, como "Atraco a las tres" o la(injustamente) no tan reconocida "Los Palomos". Quizá la reestrenen él y Fernando Fernán Gómez en el Olimpo del cine. Muriendo Francisco Ayala nos va a doler enormemente la cabeza. Faltando genios tan preclaros, aunque no sea de manera prematura, se deja de iluminar gran parte de nuestro intelecto colectivo. Sin que Ayala nos escriba nos embruteceremos un poco más en esta España con tantas jaquecas. Nos faltarán almas para luchar contra la injusticia, contra la ignorancia, contra la desesperanza, contra la estupidez del poder y su corrupción, contra el mal gusto, contra la pereza... Una vez dijo que el trabajaba por el presente y para el futuro, pese al poco futuro que le quedaba. Nos faltará una buena dosis de Ibuprofeno intelectual.
Os dejo. Empieza el partido. ¡Click!

Graves dolores de cabeza (parte I)

"Where is my mind?", de The Pixies




De camino del trabajo a la casa venía escuchando la radio y comentaban el reciente fallecimiento del ilustre escritor granadino Francisco Ayala. Los tertulianos del programa glosaban agradecidos e ilusionados la figura, la obra, la personalidad, la capacidad de trabajo y el talento del finado. ¡Click! Giro la llave del coche para apagar el motor. Acabo de aparcar en la tienda de ultramarinos "guiri" de la esquina de mi casa. Adquiero dos cervezas de marca (de Champions) Heineken, unas lata de aceitunas (presuntamente) rellenas de anchoa, y una bandeja envasada al vacío con unas cuantas lonchas de jamón (curiosamente) serrano. Me dirijo hacia la caja y el chico (inglés) que me atiende muy sonriente me dice "five euros twenty, please". Le pago y le pregunto (en inglés) si piensa que el Madrid ganará esta noche al Milan por saber qué opina de esto alguien al que ni le va ni le viene que gane un equipo ni otro.

Salgo a la calle. No ha bajado la temperatura como decían los (¿eficientes?) meteorólogos. Dejo la bolsa en el asiento del copiloto. ¡Click! Arranco el coche y retomo la noticia cinco minutos después. Me gusta. Los tertulianos conocen y admiran al personaje, que además es totalmente admirable. ¡Click! Apago el motor en el garaje. Subiendo por el ascensor ya se me ha olvidado la noticia de la radio.

Enciendo la tele, preparo la compra y pongo las cervezas a refrescar. Me siento en mi sofá para ver el partido de fútbol. El TDT de mi casa se queda sin señal (¿analógico o digital?). Me quedo 20 segundos en silencio. ¡Click! Pienso en la noticia que he escuchado 20 minutos antes.

Continúa en la siguiente entrada.

No te vayas, león alado

sábado, 31 de octubre de 2009

"La gravedad", de Vetusta Morla



Desprotegido, amedrentado, el león alado.
Su rugido apagado.
Su vuelo abatido.
Su fuego sofocado.


“Juez y ley de esta tierra ha sido.”
“Tras de sí dejó un rastro de laurel.”
“Poderoso ángel comprensivo.”
“Padre, hermano y amigo fiel”.
Estas serán las citas que,
en manera de epitafios,
se labrarán en el mármol
como recuerdo de él.



Tiene el vientre sesgado, abierto.
Y no quiero.
No quiero que su grandeza de otro tiempo
sirva de banquete truculento para aquellos
que se nutren de la sangre y de la carne,
de la ignorancia y del miedo.

Pero ahora, agonizante, perforado
por el dolor de su carne golpeada,
ni siquiera tiene un leve recuerdo de quién fue.
Ni le importa ser tan grande,
ni admirable,
ni haber dado tanto.
Es su hora más cruel.
Rezad por él:


“Por cada uno de ellos que cae en esta tierra
mil huérfanos quedan.”

Hoy me has mirado

sábado, 24 de octubre de 2009

"Mi pequeño tesoro", de Presuntos implicados



Sé que todavía eres muy pequeña para comprender tanto como me gustaría contarte. Tantos sentimientos tan cerrados y sinceros como doradas almendras de esperanza y tan enormes que no los abarcan mis pobres palabras.

Hace muy pocas fechas que has venido a este mundo y cuando puedo ir a verte, me sorprendo embobado contemplando tu nerviosa existencia, tu muda pero vertiginosa comprensión de las cosas, tus bellísimos y plácidos sueños, tus pocas e inconscientes sonrisas, tus repentinas y enérgicas protestas, tu infinita ternura.

Más de la mitad del día lo pasas manoteando el aire y contemplo el maravilloso milagro de tus dedos tan mínimos que podrían no existir. Toco tu pecho y noto el acelerado ritmo de un corazón limpio e inocente. Beso tu frente y me aceptas sin resistencia. Toco tu negro y abundante pelo y me transmite toda la tranquilidad y suavidad de lo nuevo.

Hoy, mientras estabas entre los brazos de tu padre has posado tu mirada en mí. Me has mirado fijamente, con curiosidad, con seriedad. Yo te he mirado y te he intentado decir sin palabras que deseo tener todo el tiempo del mundo para conocernos y para que me enseñes muchas cosas. He reconocido que tus ojos son una fuente de inocencia donde podré recordar la mía.


Has venido a completar la vida de muchas personas aunque todavía no lo sabes. Te encuentras en un imperfecto paraíso llamado Úbeda en el que espero que crezcas feliz. Has nacido de unos padres que se aman y se respetan. Tienes unos abuelos maravillosos y unos tíos enamorados de ti desde el primer día. Vas a tener un padrino que sueña con escribirte fantásticos cuentos para dormirte por las noches. Hoy quiero que sepas que a todos nos has ensanchado el corazón desde el primer momento que apareciste.

Te quiero, Carmen.

Cien músicos desafinan

sábado, 17 de octubre de 2009

"No surprises", de Radiohead



Hay un consuelo en los ojos que casi nunca te miran.
Hay un impulso insaciable en los dedos que te buscan.
Hay baladas y poetas que están pasados de moda.
Cien músicos desafinan,
fuentes de sangre en la luna,
claveles
en el caballo de Troya.


Hay una intención perdida en cada palabra encontrada.
Hay un viejo que vende libros en la tienda de la esquina.
Hay siempre un perro dispuesto a acompañarte en la noche.
Mar en ninguna piscina,
miles de almas gemelas donde aparcar nuestro coche,
algo que habita en el centro de la nada.


Hay compradores de calma en grandes supermercados.
Hay películas de Welles que se estrenan en el cielo.
Hay disfraces de febrero para cubrir los pecados.
Hay caracolas que gritan el fin de todos los tiempos.


Hay lo que uno necesita ver para no estar tan perdido
en este mundo de lata, de plástico y de olvido.
Hay una antorcha de fuego en el mango de la espada.
Hay lo que nunca he contado, hay lo que nunca he creído.
La melodía divina de la canción no cantada.

Tarantino o el arte de contar historias

sábado, 10 de octubre de 2009

Trailer en castellano de "Malditos Bastardos"





Mucho dio que hablar el pase por la sección oficial de Cannes de Malditos bastardos (Inglourious basterds), acercamiento del siempre genial y polémico realizador Quentin Tarantino al género bélico, por lo que un servidor acompañado de dos buenos amigos estaba impaciente sentado en la butaca del cine a que comenzara la proyección.

Cabe decir que pese al cambio radical de decorado, Francia en la Segunda Guerra Mundial , nos encontraremos ante una cinta de Tarantino de manera irremediablemente reconocible. Existe un admirable guión de jugosos diálogos y dividido en capítulos tan diferenciables que cada uno de ellos podría ser un cortometraje, una banda sonora chocante, un pastiche de géneros con continuas referencias a la historia del cine, violencia y humor entrelazados, duelos de spaghetti western... A lo que muchos de vosotros replicaréis, ¿otra? Con una sonrisa en los labios os he de decir que sí. Otra. Nada más y nada menos que otra.

Básicamente nos encontramos ante una historia de venganzas a todos los niveles en la que ningún detalle es azaroso. Es la venganza de una chica judía que escapa milagrosamente de ser aniquilada con el resto de su familia y se refugia secretamente en París. Es una brutal venganza de facto de una cuadrilla de fanáticos soldados de origen judío contra el antisemitismo del enemigo. Pero primordialmente es una venganza que el arte le debía al episodio más oscuro de la Europa del siglo XX. Es bellísima la metáfora en la que se utiliza la cinta de celuloide como el combustible para extinguir el nazismo.


A todos los que argumentan que en el cine bélico no cabe un guión tan infiel a la historia he de reconocer que el más Europeo de los directores americanos vivo sigue escribiendo en sus guiones lo que le da la gana. Pero tiene a mi forma de ver dos cosas que lo hacen muy grande. Es consciente que el séptimo arte no es sino ficción. Que es una forma de contar historias y se muestra como un narrador habilísimo consiguiendo dar verosimilitud a cualquier narración, por surrealista que parezca, y mantener la tensión del espectador como lo haría el mejor Hitchcock. La segunda es que cualquier película que hace, y subrayo que ésta en especial, es entretenidísima. Pese a la larga duración del film me mantuvo completamente hipnotizado de principio a fin.

También cuenta con un par de interpretaciones que no dejarán a nadie indiferente. El enesimo redescubrimiento de Brad Pitt como actor de registro cómico (Doce monos, Snatch, quemar después de leer) pero sobre todo la absolutamente genial encarnación por parte de Cristoph Waltz del perspicaz, astuto y malvado coronel Hans Landa. Me atrevería a decir que, aunque ligeramente paródico, me ha parecido el mejor papel de nazi de toda la historia del cine.


Para terminar comentaros que el desenlace de la trama es tan poderosamente hipnótico que a mi me gusta mucho más el final de la Segunda Guerra Mundial como nos lo propone Tarantino que como nos lo cuentan los libros de historia.

Demasiado corazón

viernes, 2 de octubre de 2009

"Con la mano levantá", de Macaco




Esta vez era la buena, la de verdad. Todos teníamos una corazonada. Los que hemos seguido la carrera olímpica por los Juegos 2016 éramos plenamente conscientes que nuestra candidatura era netamente ganadora, la más completa, la mejor. A diferencia de Río, teníamos las infraestructuras ya construidas, mejores comunicaciones, garantías de financiación. A diferencia de Tokio o Chicago, teníamos el apoyo de la gente, de millones de madrileños y españoles ilusionados por albergar la llama eterna.


Otra vez nos han roto el corazón. No podemos ocultar que la decepción ha sido enorme porque merecíamos el triunfo más que nuestros competidores. Solamente pudo desecharnos un argumento que, eso sí, tiene un peso más que considerable. En el COI hay una regla no escrita de alternancia de continentes en candidaturas sucesivas y los Juegos de 2012 se celebran en el Reino Unido. Además, desde Brasil se clamaba justamente que nunca en la historia se había celebrado la mayor competición deportiva en Latinoamérica. En parte, me satisface más la elección de Rio de Janeiro que cualquiera de las otras dos por tantos lazos comunes que nos unen al sur del continente americano.


Simplemente me gustaría unir un deseo particular a una voz que creo será colectiva y mayoritaria a partir de ahora. No cejemos en el empeño. Necesitamos presentar candidatura a los Juegos de 2020 por muchos motivos políticos, económicos, deportivos, estratégicos... pero sobre todo por motivos emocionales. Somos un pueblo tremendamente implicado e ilusionado con el proyecto olímpico, somos el país que más ha crecido deportivamente en los últimos 20 años. Hoy día ofrecemos el máximo nivel competitivo en multitud de disciplinas tanto individuales como colectivas, y nuestros deportistas son un reflejo de profesionalidad, competitividad y limpieza. Somos un pueblo que se siente inspirado por este ejemplo de superación y deseamos elevarlo a todos los niveles. El español necesita hoy más que nunca estímulos que le hagan pensar que se le toma en serio, que vale lo mismo que cualquiera y quitarnos tantos complejos históricos que en estos tiempos de crisis se reproducen como fantasmas del pasado que nos atormentan.
Esta vez nuestras manos abiertas no han tocado el cielo. Pero las hemos levantado lo más alto posible. Intentémoslo de nuevo

El poder de la protesta

sábado, 26 de septiembre de 2009

"Vuelve la canción protesta", de Los Planetas




Tenemos la suerte de vivir en un estado de derecho pero me resulta cuanto menos curioso observar como, cada día más a menudo, los ciudadanos malinterpretamos a todos los niveles los derechos que nos son inherentes y los que son innecesarios o simplemente inexistentes.

El niño protesta contra la autoridad de los profesores, el adolescente protesta por su derecho a emborracharse en público, el gobernante protesta porque considera que no está en su poder solucionar los grandes problemas, el líder de la oposición protesta por tener derecho a unas elecciones anticipadas, el empresario protesta porque exista el derecho al despido libre, el terrorista protesta por su derecho a la autodeterminación, el consumidor solicita una hoja de reclamaciones siempre que no se atiendan sus peticiones, por ridículas que resulten, el banquero protesta porque no recobra sus préstamos (alegremente concedidos), el especulador protesta porque no puede vender esa vivienda a la que tanto beneficio esperaba obtener, el ahorrador protesta porque su dinero no tiene valor, la madre protesta en la cola del mercado, el pensionista protesta en la consulta del médico, el fumador protesta por la ley anti-tabaco, el peatón protesta al conductor, el conductor al conductor de delante...

Se protesta maleducadamente por cualquier motivo. No somos conscientes que toda protesta tiene un receptor que soporta la tensión emocional que provoca. Todo el mundo se encuentra estresado, malhumorado, a la defensiva... Protestando por protestar solo conseguimos una cosa: Que en ese mar de protestas pasen inadvertidas las voces que son realmente críticas y necesarias. Desoir, en definitiva, la justa reclamación de los derechos más indispensables y más injustamente violados.

En este mundo en el que buscamos el bienestar renunciando a nuestros verdaderos valores, en el que nos revelamos solamente ante el hecho de renunciar a nuestras comodidades o caprichos, cada vez es más frecuente que el anciano proteste por no poder recuperar tantos años perdidos protestando por tonterías.

El muerto

lunes, 21 de septiembre de 2009

"El muerto", de Los Fabulosos Cadillacs




Su mirada quedó un punto tan fija
que expresaba la vida entera.
En un momento,
quiso beberse todas las aguas
y todos los vientos.
Y un instante después ya estaba muerto.

Hasta entonces no supe lo que es tener miedo.
Hasta entonces no descubrí que existe el tiempo.

Yo solo conocía a la negra dama
como una noche otoñal,
de cera roja, de caras estampadas,
de olor a castañas…
Pero ese día vi su cara descarnada.
Ese día vi el brillo en la hoja de la guadaña.

Algo de lo que me queda

domingo, 13 de septiembre de 2009

"Extrema pobreza", de Iván Ferreiro




Lo único que me has dejado:
Una vida derruida
y un corazón siniestrado.


De lo bueno no queda
ni el viento de la sombra que fue;
sólo lo malo.

Y en este solar yermo, vasto y desolado,
ya se instalan los amigos del pasado:


La soledad, la vida real
y el desamparo.
Una risa blanca de hielo
Y un alma de gato escaldado.

El hombre que perdía su sombrero

sábado, 5 de septiembre de 2009

"Muerte entre las flores", de Joel Coen.





Dentro de uno de los grandes géneros, el cine negro, destaca admirablemente como un diamante armoniosamente pulido, “Muerte entre las flores”, de Joel y Ethan Coen (1990). Película completamente redonda en su argumento, bella en su fotografía, evocadora por su música, épica por sus interpretaciones, marcando un hito no solamente en la filmografía del género en cuestión, sino dejando huella como una de las obras maestras del cine de todos los tiempos.

Los geniales hermanos Coen, explotan aquí como en pocas de sus obras su inconfundible vena homérica. Al igual que si se tratara de una Ilíada revisitada, la desmedida pasión por una mujer fatal desencadena una brutal confrontación en la que todos los implicados obtienen terribles pérdidas.

Nuestro protagonista, Tom Regan (Gabriel Byrne) encarna a la perfección el papel de duro independiente, superviviente de las guerras entre bandas, pero incapaz de controlar su corazón. Un hombre que teniendo las mejores cualidades para triunfar en el mundo del hampa y beneficiarse de ello, instintivamente no hace caso de su sentido común no aprendiendo de esos errores que, en el fondo quizás sean los que dan sentido a nuestra vida y que no dejamos de repetir casi a diario. Gana un buen dinero como hombre de confianza de Leo (Albert Finney), jefe de la mafia irlandesa, y con la misma facilidad lo pierde en apuestas lo que le ocasiona no pocos problemas. Gana la estima y la confianza de su jefe y pierde la cabeza por la amante del mismo con la misma facilidad que pierde su sombrero a lo largo de toda la historia.

Pero sobre todo, lo que más me sorprendió de Regan fue descubrir que debajo de una piel llena de cicatrices puede esconderse un corazón, a veces, repleto de ternura.

Llanto verde

sábado, 29 de agosto de 2009

"Boys don't cry", de The Cure



En la turbación de mi mente febril
veo llamas de escamas verdes
(color de esperanza y muerte).
Entonces un sueño dulce
y debilitador me toma.
Entonces recuerdo ese olor y el orbe
se convierte en tu aroma.

Estoy solo y tendido bajo tu mirada
dominante de amante arrepentida.
Pero tú no estás tendida
al sol de mis pupilas.

En ese momento
se me escapa una lágrima furtiva
que tu corazón esquiva
(y, pese a la distancia, lo siento).
Lo siento,
¡lo siento tanto que solo me quede el llanto!

Es el llanto de un espero
(eterno),
de un te quiero
(desconsolado),
de un dolor
(animado)
de un beso tierno
(y desinteresado).

Y sin embargo ahogado me encuentro.
Ahogado por mi propio llanto
que me clava al tormento
y me desclava
y cava un hoyo fúnebre
y lo cava
dentro del corazón
donde me muero
.

Las bicicletas son para el verano

sábado, 22 de agosto de 2009

"In the summer time", de Mungo Jerry





Supongo que, en este mundo estresante y veloz en el que vivimos, todos necesitamos una vía de escape cada cierto tiemo que nos haga renovarnos y tomar fuerzas para aguantar un asalto más del combate contra el tiempo.

Yo acabo de llegar de uno de estos bálsamos para el alma que me renueva verdaderamente todos los veranos, en un campamento situado en Chiclana de la Frontera, donde cada año se me regala mucho más de lo que trabajo. Allí disfruto de amigos de verdad, de personas auténticas, de experiencias y confidencias únicas, de canciones y juegos sencillos, de grandes reflexiones, de risas espontáneas y francas, de abrazos verdaderos, del cariño de gente que me quiere y de las puestas de sol más maravillosas que se puedan contemplar.


También es un paréntesis para el recuerdo, porque en aquellas playas pasé los mejores días de mis primeros años. Volver me hace recordar quién soy, de dónde vengo, cuales fueron mis sueños y hacia donde no tengo que dejar de mirar. La mayoría de ustedes no tendrán la oportunidad de conocer cuanto les cuento. Aún así tengan por seguro que allí se desarrolla una gran labor que no precisa del reconocimiento personal para que uno se sienta más que recompensado.

Disculpen la pequeña ausencia pero llegado el verano, me suelo dar una vuelta en bicicleta por los paisajes de mi infancia más feliz.

SMS

martes, 18 de agosto de 2009

"Good people", de Jack Johnson




Hoy que soy feliz, y aún me rebota un pájaro saltarín en la barriga. Hoy estoy feliz y no es por lo que te estás imaginando, o sí. Feliz como para cocinar mi cena favorita saltando y cantando a gritos una canción preciosa de Jack Johnson y que te recomiendo esuchar leyendo esto, feliz como para dar las gracias, voy a mandarte un sms. Para que veas que, aunque no todo lo a menudo que debiera, me acuerdo de ti.

De tu risa franca, de tus detalles que te hacen únic@. De que hemos compartido confidencias, juegos, canciones, fiestas, decepciones, dramas, días inolvidables, atardeceres, algún amanecer, días de playa, domingos de otoño, poemas, flores, besos, tiempo sin hablarnos... Es a ti a quien casi siempre llamo para pedirte un favor, sacarme de un apuro, contarte malos rollos, a quien he mandado un sms.

Hoy que soy feliz, libre y permeable, quiero compartirlo contigo, amig@. No es que te lo deba, no es por compensar, no, es de corazón. Motivos me sobran. ¿Te doy uno? Porque me lo pide el cuerpo. Porque las estrellas de Leo brillan.

Azúcar

sábado, 15 de agosto de 2009

"Sugar", de Louis Armstrong



Hoy he tenido un dulce sueño,
en él estaba preso.
La tela era de azúcar,

la araña era de fuego.

Hoy he tenido un dulce sueño.
La gruta era humedad y perlas.
Tu viento que me empujaba
hacia el letargo profundo,
hacia el abismo del sentido,
hacia el cénit del sentir.

Hoy he tenido un dulce sueño.
Andando los caminos
más certeros:
los escarpados deseos,
las escaladas de besos,
tus mares y tus desiertos.

Hoy he tenido un dulce sueño, lo sé,
pues todavía fresco lo recuerdo.
Y lo que más me ha endulzado
es que he soñado despierto.

Una roca

sábado, 1 de agosto de 2009

"Like a rolling stone", de Bob Dylan



Una roca.
Tan intocable, tan sola…
Que no sabe por qué flota en la nada,
que su existencia ignora.
Que no recuerda su naturaleza otrora
de estar a la tierra clavada.

Una roca en el vacío.
Ajena a su dureza,
a la altivez reposada contra la noche y el frío.

A su condición de ser duradero,
casi eterno, temible y altivo.

Una roca en el vacío inerte.
Que olvidó la contrapartida
de estar a la tierra asida.
De ser acantilado, monte, cordillera
o simple china de río.

Olvidó la sensación de ser consumida,
esa dulce erosión a la que fue sometida.
Desvanecerse poco a poco en el silbo del viento,
en el tronar de un rayo,
integrarse con ellos y deshacerse,
menguar, retorcerse y dar la vida.
Dejarse amar a puñaladas, malherida.

Una roca en el vacío inerte.
Una roca que no vive.
Una roca que no ama.

Una roca que olvida.

Nos encontramos en el camino

sábado, 25 de julio de 2009

"Blackstar", de Radiohead




Estos días auna persona me ha recordado aquellas larguísimas cartas con las que hace años obsequiaba a mis amigos. Una persona muy especial a quien debería haber recordado más a menudo pero a la que, sinceramente, nunca he olvidado.


Es ella quién me ha buscado buceando en este heterogéneo océano de internet. Aún no sé por qué. Me gustaría saber el preciso momento en que decidió lanzar una bengala al cielo de mi atención y quiero preguntarle qué disparó el resorte de su memoria en ese instante. Me ha hecho mucha ilusión porque los pocos instantes que compartí con ella me hicieron muy feliz.


Recuerdo muchos instantes, muchas conversaciones a mente y corazón abiertos. Si he de ser sincero, con pocas personas he tenido esa extraña sensación de conocerse tan bien. Tenía una sonrisa amplia y luminosa. Si revuelvo los cajones de la memoria la veo con un negro vestido de fiesta aquella madrugada de Año Nuevo que nos bebimos la noche y nos reímos como locos. Te dedico esta canción de un grupo que recuerdo te gustaba tanto como a mí y porque aquella noche fuiste esa estrella negra.


No os engaño. No existió entre nosotros otra cosa que una intermitente pero inmensa amistad. Y así me lo demuestra ahora, más de diez veranos después de aquella tarde en la piscina, que es la última que recuerdo haber compartido con ella. Y hace dos días apareció de la nada. Y le quiero decir que le agradezco el detalle, que me esforzaré por no despistarme tanto tiempo y que me tiene para lo que necesite.


Sabes que eres tú. Quiero que sepas que tu cara pesa en mi memoria una tonelada de felicidad. Simplemente gracias.

Anestesia

sábado, 18 de julio de 2009

"Alta fidelidad" de Lori Meyers





¿De quién es la banca mano precisa
que se posa en el plano corto
del camino que no pisas?

La misma que desconoces.
La que cambió un día,
aunque no sepas cual,
el sentido y el destino de tu vida.

Solo a veces pareces un proyecto de águila,
un atisbo de cordura, la tempestad tras la calma.
Pero entonces ya se encuentra
otra vez lleno el émbolo
de la letal carga:

Anestesia, traspasando la brillante aguja,
llenándote de olvido y zozobra,
irrigando tu carne, tu hueso y tu alma.

Ahora, hasta el esfuerzo
de tomar aliento te sobra,
y la corriente del río recobra
la fuerza con que te arrastra.

¡Despierta!
Eres como un bostezo
tras la hora del almuerzo.

Tiempo al tiempo

sábado, 11 de julio de 2009

"Time to pretend", de MGMT



El reloj siempre cuenta los segundos de la misma manera, por eso no es fiel con su representado, el tiempo, ya que éste no es tan monótono. No es lo mismo el tiempo un sábado que un lunes, de la misma manera que no es igual el tiempo a los 20 que a los 70 años. El tiempo es versátil y puede ser deseado, temido, añorado y hasta paladeado.

El tiempo nos acompaña desde el inicio de nuestra existencia, desde el mismo momento en que comenzamos a crecer, ingenioso disfraz verbal que utiliza la muerte. El tiempo puede ser nuestro mejor aliado pero sin duda es el mayor destructor. El tiempo es escurridizo, maestro, paciente e intransigente. Nos modela paulatinamente y a veces genera seres tan extraños como esclavos del tiempo libre. El tiempo es valioso pero pocas veces aprovechable. El tiempo es de este mundo al que pertenecemos hasta la más ínfima de nuestras células.

Nuestro tiempo es oro porque debemos saber aceptar que cada uno de nosotros es único e irrepetible. El tiempo es de ahora y debemos exprimirlo y sacarle hasta la última gota a cada momento ya que lo que no dijimos en su momento nunca más podrá ser dicho aunque en otro instante se usaran las mismas palabras. Nuestro tiempo no es abundante ni escaso, bueno ni malo, es el nuestro y no hay otro.

A veces me pregunto si el tiempo se pierde, aunque me cuesta imaginar que esto sea posible. Siempre nos deja su huella aunque no siempre sea tan intensa o tan perceptible. Lo que sí solemos opinar a menudo es que lo demás lo pierden cuando los observamos dedicados a menesteres que a nosotros mismos no nos parecen productivos. Seguramente, hay gente que opina que dedicar unos minutos semanales para escribir un diario, es perder el tiempo. Por suerte, creo que es cada vez menos...

Diferente a todos

sábado, 4 de julio de 2009

"La gravedad" de Vetusta Morla



Corre, que no te venza el ocaso.
Que no te descubra el sol vagando borracho.
Aprieta los dientes y corre, callándote la rabia.
Nadie querrá verte, cordero, en la puerta de su casa.

Corre, y si te cansas, consíguete unas alas
y álzate por encima de las tablas
que sostienen el absurdo teatrillo.
Que no te vean siquiera. Sabes que tu no eres,
como pretenden que seas, una atracción de circo.

¿Recuerdas? Una vez tuve un sueño.
En un llano ibas en pos de la dama
que, corriendo, perseguía el horizonte.
Dama blanca, pelo negro, vestido de viento.
Desde ese día sigues sus pasos
y no te importa dónde te lleven.
Corre, aunque te falte el aliento.

Corre, por encima de las vidas.
Corre, por encima de los hombres.
No te pares. Este no es tu sitio.
¡Corre!

En el nombre del Padre

viernes, 26 de junio de 2009

"La noche del cazador", de Charles Laughton




En su única incursión como director, el magnífico y legendario actor Justificar a ambos ladosbritánico Charles Laughton firmó una de las películas más bellas y completas de la historia del celuloide. Un hipnótico y aterrador cuento de hadas con la fotografía y el montaje más espectaculares que uno jamás pueda imaginar. Si bien es una verdadera lástima que no prodigara más su faceta como realizador, pudo demostrar a todos que cuando uno sabe hacer las cosas realmente bien, basta con que las haga solo una vez en la vida.

En la escena que precede a estas líneas podrán ustedes degustar un par de minutos de un simbolismo tan bello como aterrador. El falso reverendo Harry Powell (Robert Mitchum), canta una plegaria a las puertas de la casa acechando a su presa a la vista de todos. La fiel guardiana Rachel Cooper (Lillian Gish) guarda la integridad de sus protegidos cachorros mientras entona finalmente la misma canción.

Cantando a Dios se puede proteger el rebaño y cantando a Dios se pueden propagar los miedos más oscuros en las almas inocentes. Un mensaje tan explícito como vigente en nuestros días, en los que también existen muchos falsos predicadores del Verbo, que en nombre del amor (o del amor propio, más bien) acorralan a los diferentes y a los libres, expandiendo el virus del pecado sobre las conciencias de cientos de miles de creyentes que en África son exortados contra los anticonceptivos mientras el virus del SIDA aniquila sus vidas. Falsos predicadores que apellidan al amor entre homosexuales como enfermo o vicioso. Falsos predicadores que se tapan los unos a otros secretos tan vergonzosos como los abusos hacia cientos de niños en escuelas católicas de Irlanda o Australia.


En los nudillos del reverendo Powell había dos inscipciones. En su mano izquierda aparecía la palabra H A T E (odio). En su mano izquierda estaba inscrito L O V E (amor). En su parábola preferida la mano siniestra era derrotada por la fuerza en un pulso eterno por la mano de la rectitud y de la decencia. En nombre de estos ideales todavía hoy, se declaran salvajes guerras y se aniquilan miles de civiles en el nombre de la paz.

Les recomiendo este título si nunca lo han visto. Y si ya lo han hecho no dejen de repetir su visionado de vez en cuando.

El solitario

sábado, 20 de junio de 2009

"Que se llama soledad" de Joaquín Sabina




El solitario es consciente que la vida es como es y no como debería ser. En eso parte con ventaja porque no se esfuerza en hacer suyos los planes de futuro de terceros. El tiempo que emplearía en compartir y comprender lo que los demás quisieran revelarle, lo utiliza para imaginar lo que intentan ocultar. Percibe mejor una mirada, una intención, un gesto. Reconoce al nervioso y al inseguro, al vanidoso y al esquivo apenas sin mediar palabra. Ha aprendido a la fuerza a desnudar las intenciones, quitándoles el vestido del lenguaje con que cada cual pretende disfrazarlas.

El solitario es consciente que tiene carencias importantes por la falta de afectos, pero ha aprendido a sobrellevarlo. Sabe reconocer que no desea estar solo para siempre pero tampoco espera ansiosamente que alguien venga a ventilarle las habitaciones del corazón.
El solitario ha aprendido que su compañera de viaje no es sino un estado de ánimo e intenta aprovecharse de las ventajas que le otorga. El solitario sabe reconocerse mejor los propios frutos que merecerían ser compartidos.

El solitario a menudo se sorprende anotando en su cuaderno fragmentos de vidas que no ha inventado del todo, a las que les espera un futuro en parte anhelado y en parte temido. Vidas que tienen un horizonte incierto como la suya propia, como la de tantos que se resignan a dejarse sorprender por el paisaje de un viaje que no deja de ser una continua huída hacia adelante.

El solitario no soy yo pero deberíamos serlo un poco todos.

El cielo de la boca

sábado, 13 de junio de 2009

"Just like heaven", de the Cure



Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que en el cielo de tu boca
Hay dulces algodones blancos
Cargados de lluvia de néctar.

Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que, aunque de él no haya soportado
ni tormenta ruidosa ni leve llovizna,
he visto el umbral que lo guarda
hecho de verjas de plata.

Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que me gustaría tostarme al fuego
húmedo de su bóveda jugosa.

Y sé, como sabe todo el mundo,
que al morir el alma

se te escapa por la boca.
Pero por tu boca se va al cielo
y yo noto que me muero
porque mi alma no te toca.
Porque no podrá alzar su vuelo
hasta el cielo de tu boca.

Fotogramas secretos

sábado, 6 de junio de 2009

Última escena de Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore



Estoy seguro de que todos y cada uno de los que hayáis visto alguna vez esta película, recordaréis esta, su escena final donde nuestro protagonista Salvatore, se reencuentra con el pequeño "Totó" nada más perder a su amigo Alfredo.

Salvatore, al que todo el mundo llamaba "Totó" de pequeño, ayuda durante toda su infancia a Alfredo, encargado de proyectar las películas en el "Nuovo Cinema Paradiso", el cine de su pueblo. Junto a él descubre el amor por la magia que el séptimo arte encierra. El niño Totó atesora todos los fotogramas que Alfredo se ve obligado a cortar por causa de la censura durante todos los años que trabaja como ayudante de sala de proyección. Tras su muerte, su buen amigo Alfredo le regala un montaje de todos aquellos fotogramas que guardó de niño y que dejó olvidados en el pueblo cuando se fué a hacerse un hombre y cumplir sus sueños.

Esta escena que resume la película es interpretada sin error como un emocionado homenaje al cine. Sin embargo, sin dejar de serlo, utiliza el cine como un medio para transmitirnos un mensaje más importante. Cuando somos niños, todos guardamos en la memoria como tesoros fugaces instantes que nos hacen soñar y emocionarnos por primera vez. En ese momento no nos damos cuenta, pero esos secretos sueños de infancia son todo a lo que podemos aspirar en esta vida y encierran lo más puro de nuestras esperanzas futuras. Todas esas cosas a cierta edad, solo somos capaces de compartirlas con los amigos verdaderos. Por eso, Alfredo quiere contarle a Salvatore que un día fue Totó, un niño lleno de sueños, y le dice antes de irse que espera, durante todos los años en los que no se han visto, que haya podido realizarlos.

Por eso no olvidemos nunca, por ridículos que nos parezcan, los sueños que una vez tuvimos. Y demos las gracias de conservar amigos que nos los recuerden cuando más nos haga falta.

Tanto si alguna vez han visto esta escena como si no, disfrútenla plenamente.

Almohada y espada

domingo, 31 de mayo de 2009

"Instrucciones para salvar el odio", de Ismael Serrano



De sus curvas que deslizan
entre manos negras
y calientes, de ceniza,
tu ser, tan curvo, tan blanco

tan cándido y tan inhumano
quizá un día estará.


Tu ser, que, tanto tiembla de frío
inocente, desnudo en la noche del calor
como hace temblar las almas
confiadas en la hora inesperada
de un frío sudor.


Tu ser: almohada y espada.

Y sabe que existe un rey destronado,
un ser encorvado, doblegado;
sin salud ni corona
que no sabe por qué te canta,
por qué te rima,
por que te entona.
Por qué por ti, su verso blanco abandona
y se traiciona,
ni por qué persigue
el más mínimo rastro de tu aroma.


Solo sabe que no te perdona.

Que ya no quiere ni tu trono
ni tu corona.
Ni ser las manos que deslizan
por tu espalda.
Ni la nuca en tu almohada,
ni el blanco de tu espada.

Sangre de tu sangre

domingo, 24 de mayo de 2009

"When you were young", de The Killers



Desde el día que abrí los ojos al mundo te conozco. Seguro que fuiste la primera persona que me hizo reir con tus gamberradas de niño travieso. Lo hemos compartido todo: la habitación, los juguetes, los libros de texto, la ropa, la música, las aventuras, las desventuras, los amores, los desamores, los éxitos, los fracasos, las alegrías y las tristezas.

Hemos compartido noches mágicas en el cine de verano de la plaza de toros, miles de juegos en la
Calle Granada, horas y horas de gimnasio, clases de francés, ensayos de teatro y de chirigota. Ambos hemos visitado lugares tan mágicos como “el cine de las sábanas blancas” y algunas noches nos hemos hartado de cenar “nitos fritos” y “chichoplos”. Hemos disfrutado como locos más de una semana cultural en el patio de “Las Explanadas”, hemos corrido juntos en las playas de la Barrosa, Fuengirola, La Manga del Mar Menor, Comarruga...

Hemos celebrado juntos los mejores momentos de los nuestros. Hemos llorado juntos en los momentos más oscuros. Nos hemos abrazado y besado, hemos discutido y hasta a veces, nos hemos pegado. No nos hemos contado más cosas el uno al otro porque, sinceramente, no hacía falta.

Eres mi hermano mayor. He aprendido tantas cosas y guardo tantos momentos que podrían llenar más de una infancia feliz. Hoy te recuerdo de niño para que tú te recuerdes tal y como eras. Quiero que te recuerdes tal y como eras porque pronto vendrá una persona muy parecida a ti y necesitarás recordarlo para entenderla. Necesitarás ver el mundo desde sus inocentes ojos, tal y como una vez lo viste.

Michael Levine dejó esta extraordinaria frase: “Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista”. Pero te conozco demasiado. Te basta con ser tú mismo para que tu hija se críe enamorada de su padre.

Todo esto te lo dice tu hermano, que te habla desde el lenguaje de la sangre. Te lo dice tu hermano que te quiere porque te conoce.

Hierro forjado al viento

lunes, 18 de mayo de 2009

"My iron lung", de Radiohead



Cortado tu aliento, te han forjado
al calor del viento,
al duro compás de la maza que golpea el yunque.


De dureza de acero te han dotado,
y mañana no verán de tu persona
mas que el óxido y la herrumbre.


¡Ay de ti, hierro forjado al viento
de un otoño soñoliento y lejano!
Tan grande es tu tristeza viéndote lejos de la mano
que moldea el búcaro perezoso…


Ojalá se hundiera en ti.
Ojalá su esencia retuviera,
por un instante siquiera,
ese tacto lúbrico y poroso.


Hubieras deseado madurar al calor del horno,
cociéndote de dentro a fuera, poco a poco, despacio.
Pero el azar se propuso caldearte a martillazos.


Y ahora nadie te perdona que tu suerte no sea otra
que ser un trozo de hierro que sueña con ser de barro.

Ese chico triste y solitario

martes, 12 de mayo de 2009

"Caminos infinitos", de Antonio Vega




Hoy siento la necesidad de dar un espacio en este cuaderno a un completo desconocido. Una persona de la que poco os puedo contar en lo personal salvo el amarillismo con el que se le ha despreciado injustamente en los últimos tiempos.

Musicalmente mil veces abandonado al olvido, ha sabido reinventarse como nadie en este panorama del pop nacional, en el que pronto se olvida el talento verdadero que no nace de las modas ni de las imposturas, sino desde la más profunda sinceridad y autenticidad transmitida en las letras y en los acordes.

Y aún sin conocerlo, a ninguno de sus admiradores nos hizo falta para recibir tantas enseñanzas encerradas en sus bellas letras, tan preñadas de emoción. Nos hizo compañía en esas veces que uno se siente tan frágil y encogido que parece que te vayas a desarmar. Seguramente él era así y de tal manera se mostraba.

Hoy nos ha dejado. Supongo que le quedaron muchas cosas que enseñarnos. Pero nos contó otras, como que entre las cuatro esquinas de un papel se extienden caminos infinitos a nuestros pies.

Los de la JACE

jueves, 7 de mayo de 2009

"Forever young", versión de Youth Group


Este 2009 se cumplen cincuenta años del primer campamento de los Jóvenes de Acción Católica de Úbeda. En torno a esta efeméride, se han programado diversas actividades para rememorar merecidísimamente la labor y la importancia que los mismos han tenido en la vida civil, social y religiosa de nuestra ciudad. Y como no, para recordar a tres personas que ofrecieron los mejores años de sus vidas para mejorar así las nuestras.

Yo fui uno de tantos niños que aprendieron a crecer y a hacerse hombres en la playa de la Barrosa. Soy uno de esos cientos de ubetenses que tanto les debe a Antonio Cruz, Manolo Molina y Antonio Gutiérrez, "el Viejo". A los veranos de campamento les debo más de la mitad de mis amigos, las puestas de sol más bellas que haya visto nunca y muchas experiencias. En la Barrosa aprendí a vivir en libertad y comprender que no está hecha de otra cosa que de compromiso. En la Barrosa aprendí a decir de corazón cosas tan bellas como "siempre unidos", "te quiero", "ayúdame".

Estos hombres consiguieron a lo largo de los años formar y comprender a generaciones de niños que aprendieron a ser jóvenes y que gracias a su ejemplo, nunca dejaron de serlo. George Bernard Shaw dijo que "no dejamos de jugar porque nos hayamos hecho viejos. Nos hacemos viejos porque hemos dejado de jugar". En este sentido, nunca conocí a una persona tan jóven como a "el Viejo".

Lo importante de todo esto es que esta forma de hacer las cosas ha transformado la vida de muchos hombres y mujeres que hoy día, siguen haciendo año tras año de los campamentos una realidad, continuando con una labor tan importante como necesaria para la juventud de nuestra ciudad. Y este compromiso nació de la implicación que estos hombres y mujeres sintieron en lo más hondo de su corazón cuando eran niños y niñas observando hechos y no palabras. Benjamin Franklin citaba: "díme y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo." Sin duda alguna, los campamentos siguen existiendo por la magnífica capacidad de implicar a los jóvenes que estas tres personas tenían.

Esto es lo que debemos aprender para que dentro de otros cincuenta años nuestros hijos celebren con más júbilo si cabe la existencia de esta gran obra. De momento, podéis cantar orgullosos: "Los de la JACE están aquí". Enhorabuena.

El abismo de uno mismo

viernes, 1 de mayo de 2009

"Sálvese quien pueda", de Vetusta Morla



Si me miro dentro
he de reconocer que a lo largo de mis días
he sido más que un vivo
un muerto en vida.

Considero que,
con poco o con mucho fundamento,
he cargado con la frustración,
con la desidia, con la soledad,
con el orgullo, con la envidia…
Comapñías que he tenido,
pese a todo, consentidas.

Y sé que soy un río congelado.
Y sé que soy un sauce tronchado.
Pero hay que ser un as
del alpinismo
para escapar del abismo
de uno mismo.

Más de una vez he llegado a la conclusión
que mis hundidos hombros
han soportado más peso del que debían.
Más de dos me pregunté de veras
si he sido capaz de infligirme tamañas heridas
por falta de valentía.
Muchas más he resuelto:
“voy a olvidarlo todo y a vivir la vida”.
Pero no podía.

Y sé que soy un león toreado.
Y sé que soy un delfín anclado.
Pero hay que ser un rey
del optimismo
para vencer al abismo
de uno mismo.

Atardece en la redonda de miradores

sábado, 25 de abril de 2009

"Unintended", de Muse




Hay momentos en los que uno no necesita mucho para sentirse completamente conectado a todo, en sintonía, feliz y ocioso, sin más necesidad que la de contemplar y disfrutar del momento.

Así es esta tarde espléndida de primavera en Úbeda. Me solazo perezosamente degustando un café con hielo y observando las volutas de humo de mi cigarro, que quiebran la blanca continuidad de la luz que entra por la ventana. No hay urgencias ni compromisos. Solo el dulce discurrir de los minutos, la agradable compañía de mi buen amigo Manolo, con el que siempre he tenido la certera sensación de que, cuando se conoce a alguien de toda la vida, no hace falta contarse muchas cosas para compartir grandes momentos.

A mis oídos llega el rumor del viento jugando con las hojas de las moreras que se funde con la excelente música con la que Vicky obsequia en "La Copla" a todo aquel que quiera pasar y matar las horas. Aparte de buen oído, mi amiga Vicky tiene esa alegría contagiosa y un corazón generoso, haciéndo sentir a los parroquianos como en el salón de nuestra casa.

Hay veces que uno no necesita más que estas pequeñas cosas y la necesidad de compartirlas. Por eso abro esta sencilla entrada del foro deseando transmitiros, aunque sea en lo más mínimo, estas sensaciones. Y por supuesto, para invitaros a estas deliciosas tardes de sábado. Me encontraréis a menudo en la Redonda de Miradores.

Paradiso

lunes, 20 de abril de 2009

"Imagine", de John Lennon



Bajo un orbe de ríos de plata
habitaremos un día no muy lejano.
No nos harán falta puños cerrados
en nuestros corazones.
Tendremos las palmas de las manos bien abiertas
y las copas de buen vino llenas,
mientras danzamos al son circular de los locos de amor.

Habitaremos en un mundo
lleno de intenciones de leche,
que dibuje a cada paso que demos
una caricia en la tierra.
Entonces solo se verán los vuelos rasos
de los sueños cotidianos.

Nos pararemos a contar
las piedras de las veredas al caminar
y enormes ríos de versos
traspasarán las entrañas de los hombres.

Habrá vastas huertas y vegas
aradas por la sangre de la tierra,
nuestra hermana inseparable.
La víctima convertida en madre protectora,
amamantando nuestras míseras necesidades.

Cuando nos llegue la hora de ser humanos,
en un futuro no muy lejano,
en que dejemos la senda
y nos quitemos las vendas,
allí habitaremos.
Y gozaremos el color azul de nuestra existencia.
Y nos harán fuertes nuestras debilidades.


El niño de pieda y el hombre de agua

jueves, 16 de abril de 2009

"Mirando al mar", de Jorge Sepúlveda



Desde mi ventana veo el mar. En estas fechas en las que los cotidianos ruidos de exigencias, presiones y teléfonos cesan aún sin ser de noche, algunas veces me detengo a ver atardecer contemplando el profundo azul de sus aguas mediterráneas. A lo lejos, una nube de gaviotas descarga una tormenta de picotazos sobre un pequeño pesquero que regresa al puerto de la Carihuela y un intenso olor a yodo y sal perfuma de tal manera el aire, que involuntariamente lo inspiro profunda y ansiosamente, como si instantes antes una invisible soga hubiera estado a punto de asfixiarme.

Mientras observo, rememoro sin querer otras orillas más deseadas, y el murmullo de las olas me devuelve a los veranos en la Barrosa, en los que jugando como un niño aprendí a ser el proyecto de hombre que ahora soy. Y, sentado a la orilla del mar, uno se ve obligado a pararse y reflexionar, y se asoma al mirador de su propia existencia con el temor que inflige la sospecha de no disfrutar de las vistas. En cada visita, el paisaje ha mudado su aspecto. Uno descubre como se secan las inagotables fuentes y los verdes prados de la niñez. Todo es más árido, más abrupto y más solitario y la vereda del propio destino, tan fijamente marcada años atrás, va desapareciendo entre la maleza. Decido secretamente que, hasta mi próxima visita, algo habrá que cambiar para no volver a encontrarme ante un paraje cada vez más yermo y más estéril. Cojo como siempre una concha cercana a la orilla y, una vez en casa, la dejo en un frasco de cristal en el que la guardo junto a otras, como mudos testigos de mis más solitarios pensamientos. Al día siguiente amanece, volviendo a sumergirme en la gris rutina, hasta la próxima vez.

Si me asomo a la ventana veo el mar. Pero en mis sueños más secretos me sigo asomando a la ventana de la niñez, desde la que me observa fijamente la altiva y sobria torre del Hospital de Santiago. Ese paisaje, que no me evoca el rumor de las olas ni me acerca la brisa de los oceános, pero que consigue mantenerme en mi centro de gravedad. Que humedece mis raíces atándome desde lejos a una tierra a la que tarde o temprano volveré, en la que dejé los verdaderos tesoros y a mi verdadero yo, que de alguna manera nunca se fue y continúa viendo con total claridad y certeza el camino que el destino le había marcado. Espero que cuando vuelva, sea capaz de perdonarme y contármelo pues casi no lo recuerdo.

El parque

sábado, 11 de abril de 2009

"Pesadilla en el parque de atracciones", de los Planetas




En la soledad acompañada que respiro,
en la tranquilidad ociosa que me embriaga,
nadie me puede robar estar sumergido,
tener unos instantes de calma.

Sé que no fue fácil llegar al parque
donde me encuentro
y que me costó perder
más de un sueño en el camino.
Pero ahora percibo el verde vivo de las hojas,
la leve caricia del viento en mi pelo,
el rumor del agua de una fuente,
la risa de los niños…

Hoy todo vuelve a ser
como siempre había sido.
Ahora puedo mirar

al mundo a los ojos,
tenerlo frente a frente,

delante, conmigo.

¡Me desconsolaba tanto

la soledad profunda
de aquel pozo sombrío!
¡Me aterraba tanto

la altivez de la atalaya
donde a veces me he subido!
Allí yo no reinaba.
Por fin he comprendido

que no estaban mas que el orgullo y el frío.

Ha tenido que llegar el estío
para verme libre de las cuerdas
con que me atabas.
Para quitarme la mordaza y gritar:
“¡Vivo!”.

Nuestro Padre

lunes, 30 de marzo de 2009

"Miserere", de Victoriano García de Lessundi



"Muy antigua e ilustre cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno...". Muy pocas veces el nombre de una hermandad ha tenido un significado tan acertado como el que ilustra a la de Jesús. Durante más de cuatro siglos su titular ha ejercido de Padre en muchos sentidos de la palabra, y no solamente para sus hermanos cofrades.


Ha sido Padre de la historia de nuestra Semana Santa. Como es bien sabido, la imagen de Nuestro Padre Jesús es la más antiguamente reverenciada de todas las que han procesionado por nuestras calles. Por lo tanto es Padre de las devociones y del sentir religioso de un pueblo, que tantas madrugadas moradas se ha citado en torno a la Puerta de la Consolada, o que tantas plegarias ha dedicado al llamado "de las Aguas".

Tambien es Padre de nuestras tradiciones, siendo fuerte valedor de las maneras de procesionar características de esta tierra. En esta Semana Santa de la "renovación", en que parece triunfar cualquier cosa que esté ajena a la propia idiosincrasia, en que toda representación externa está sujeta y esclava de las modas, todavía se pueden escuchar las trompetas de silencio, el sobrio tintineo de la campanilla abriendo un guión penitencial o el patetismo inigualable del Miserere. Los padres saben dar lecciones de historia.


Pero hasta el mejor Padre experimenta los sinsabores que produce tener algún hijo pródigo. Me parece indignante ver como tantos ubetenses, asumen con total naturalidad o indiferencia las declaraciones recientes de la Consejera de Cultura, Rosa Torres, ante las críticas que por parte de la cofradía de Jesús, se vierten acerca de los planes de restauración de la que siempre fue su capilla. Bien poco parece importarle a esta señora una pobre imagen de Nazareno, como tantas otras puede haber. Bien poco le importará la diversidad cultural que la misma representa a esta señora, cabeza visible de una política cultural que reivindica e incentiva una falsa "cultura única andaluza", publicitada en los medios públicos, en la que todos debemos militar y participar.

Solo espero que al ubetense de bien, le importe algo que Nuestro Padre, después de veinticinco largos años de "reformas", por lo menos pueda descansar tranquilamente en casa.

Versión leída de este artículo.

Cateto de interior

martes, 24 de marzo de 2009

"Villatripas", de Javier Krahe (copla cateta)



Siempre los mismos tópicos.

"¿Eres de Úbeda? ¡Qué pueblo tan bonito tienes! Yo una vez estuve allí, y también en Baeza". Todos caemos en este tipo de clichés cuando, por educación o desconocimiento de nuestro interlocutor, necesitamos tener una conversación intrascendente.

Así me ocurre casi a diario mientras desempeño mi cotidiana labor. Trabajo en una entidad bancaria en la localidad de Benalmádena. Otro cantar es cuando se desconoce tu procedencia y se hacen comparaciones, algunas veces, inevitables. Muchos compañeros de trabajo o clientes comentan sin ningún tipo de pudor: "Pero si en la costa se vive/trabaja mejor que en ningún sitio."


Cuando a veces muestro la intención de volver a establecerme en mi ciudad natal aparece el sambenito más odiado por mí: "¿Estás seguro? Mira que trabajar en un pueblo de interior, con la de catetos que hay, la gente entra al banco como si entrara al confesionario, allí no tienen cultura financiera, todo el pueblo va a hablar de tí..."

Curiosas comparaciones. Pero parece que es el sino del Malagueño menospreciar tierras hermanas en las que sus habitantes no han tenido el privilegio o la suerte del turismo masivo, de la especulación inmobiliaria y hostelera que les ha permitido enriquecerse con desenfreno y sin esfuerzo. Estos catetillos de campo a los que les tenemos simpatía y consideración porque los pobres ni tienen lo que nosotros ni saben de la vida. Al parecer consideran que hay una relación directa entre la renta per cápita de una población y la cultura y los buenos modales de sus habitantes.

Sin embargo y pese a todo, todavía muestran en muchas ocasiones el agravio secular que sienten con respecto de los sevillanos: "Ellos piensan que lo andaluz es sólo lo suyo"... "Nuestra Semana Santa no tiene nada que envidiar a la de Sevilla"... "Los sevillanos son unos creídos, unos prepotentes"... "A ver para cuando la descentralización de los organismos de la Junta de Andalucía"...

Vivir para ver. Sintiéndome andaluz por los cuatro costados, agradezco en parte el temple castellano que me otorga haberme criado en mi tierra.

Vivir para ver.


Versión leída de este artículo