Residuos orgánicos

viernes, 27 de noviembre de 2009

"More than a feeling", de Boston



¡Recíclese!
Prohibido verter basura antes de las 21:00 horas.


Deshágase de su violencia en el contenedor rojo.
Deposite su odio en el contenedor negro.
Recicle su envidia para no volverse verde.
El amarillo, para sus malos pensamientos.




¡Despierte!
Prohibido levantarse después de las 7:00 horas.


Compita con fuerza y odie a sus competidores.
Desahóguese a costa de sus seres queridos.
Empápese de noticias, imágenes, rumores.
Desinfórmese el cerebro, la vista y el oído.
Produzca lo más rápido posible.
Ansíe tener más que su vecino.


Son las 20:00 horas.
Vuelva a casa y no lo olvide.
¡Recíclese!

3 comentarios:

Ángela dijo...

Y yo que trabajo en una empresa cuya actividad es gestionar Residuos Industriales Peligrosos añado (y esto es real aunque no sé si cuando lo escribiste lo sabías):
Los residuos que van en contenedores rojos y negros se incineran para su destrucción total, en cambio, a los que van en contenedores verdes y amarillos se les aplican diferentes tratamientos y su contenido acaba devolviéndose a la sociedad como materia prima para seguir produciendo.
Claro, que mis contenedores contienen residuos peligrosos y los que tú describes... también.
Besazos.

Sergio Alises Moreno dijo...

Siempre se le saluda, señora:

Además, últimamente es usted la única en realizar comentarios en este humilde blog.

Quiero aclarar que he bajado un poco el ritmo de posts ya que me encuentro ahora mismo en medio de un terremoto vital y laboral que ya explicaré en detenimiento.

No sufráis, vuelvo pronto.

Ángela dijo...

Fíjese por donde, esta humilde seguidora es también experta en terremotos vitales. Cuando un seísmo asola un lugar sin dejar títere con cabeza, tienes dos opciones; lamentar lo que has perdido o ver en ello la oportunidad de construir de nuevo. En el segundo caso, el terreno firme, con alguna grieta que otra, seguirá siendo el mismo, por lo que no sentirás la nueva edificación como algo totalmente ajeno y habrás tenido la ocasión de ponerte a prueba como arquitecto de tí mismo.
No existen el bien y el mal absolutos. Una riada arrasa lo que encuentra en su camino, pero también limpia el cauce de los ríos.
Y después de esta clase magistralmente inútil imagino, sobre catástrrofes naturales: SUERTE EN TU RECONSTRUCCIÓN y ánimo, volveré por aquí de vez en cuando para ver que tal te va.