Demasiado corazón

viernes, 2 de octubre de 2009

"Con la mano levantá", de Macaco




Esta vez era la buena, la de verdad. Todos teníamos una corazonada. Los que hemos seguido la carrera olímpica por los Juegos 2016 éramos plenamente conscientes que nuestra candidatura era netamente ganadora, la más completa, la mejor. A diferencia de Río, teníamos las infraestructuras ya construidas, mejores comunicaciones, garantías de financiación. A diferencia de Tokio o Chicago, teníamos el apoyo de la gente, de millones de madrileños y españoles ilusionados por albergar la llama eterna.


Otra vez nos han roto el corazón. No podemos ocultar que la decepción ha sido enorme porque merecíamos el triunfo más que nuestros competidores. Solamente pudo desecharnos un argumento que, eso sí, tiene un peso más que considerable. En el COI hay una regla no escrita de alternancia de continentes en candidaturas sucesivas y los Juegos de 2012 se celebran en el Reino Unido. Además, desde Brasil se clamaba justamente que nunca en la historia se había celebrado la mayor competición deportiva en Latinoamérica. En parte, me satisface más la elección de Rio de Janeiro que cualquiera de las otras dos por tantos lazos comunes que nos unen al sur del continente americano.


Simplemente me gustaría unir un deseo particular a una voz que creo será colectiva y mayoritaria a partir de ahora. No cejemos en el empeño. Necesitamos presentar candidatura a los Juegos de 2020 por muchos motivos políticos, económicos, deportivos, estratégicos... pero sobre todo por motivos emocionales. Somos un pueblo tremendamente implicado e ilusionado con el proyecto olímpico, somos el país que más ha crecido deportivamente en los últimos 20 años. Hoy día ofrecemos el máximo nivel competitivo en multitud de disciplinas tanto individuales como colectivas, y nuestros deportistas son un reflejo de profesionalidad, competitividad y limpieza. Somos un pueblo que se siente inspirado por este ejemplo de superación y deseamos elevarlo a todos los niveles. El español necesita hoy más que nunca estímulos que le hagan pensar que se le toma en serio, que vale lo mismo que cualquiera y quitarnos tantos complejos históricos que en estos tiempos de crisis se reproducen como fantasmas del pasado que nos atormentan.
Esta vez nuestras manos abiertas no han tocado el cielo. Pero las hemos levantado lo más alto posible. Intentémoslo de nuevo

2 comentarios:

Ángela dijo...

Era una quimera pensar que el COI rompiese esa regla no escrita de rotar de continente como viene haciendo desde 1952, la historia pesa demasiado. Londres 2012 nos cerró la puerta, a nosotros y al resto de capitales europeas para la organización de los Juegos de 2016. De ahí que Paris y Roma “se reservasen” para 2020.
Pero Madrid no se rindió. Aunque a todos nos asalta un sentimiento de tristeza, no podemos hablar de fracaso, hemos peleado hasta el final, hemos presentado una candidatura digna y seria, la mejor de todas a mi juicio. Hemos ofrecido una imagen moderna, preparada y, ¿por qué no decirlo?, apasionada. Mereció la pena ver que todo el país impulsó una corazonada a sabiendas de que era difícil.
No estoy segura, pero creo que Madrid es la única capital europea en la que no se han celebrado unos Juegos Olímpicos. Este dato puede pesar tanto para 2020 como el mapa de Lula. Cierto es que existía una deuda histórica y moral con Latinoamérica, me consuela saber que fue ésta y no otra la vencedora, felicidades. Ahora, como en la vida diaria, unos días de duelo (que también tenemos derecho) y a seguir adelante, en 2020 tendremos otra corazonada y esta vez SERÁ.

Lorite dijo...

Bueno, estas cosas se suelen conseguir con insistencia. Y si no, que se lo pregunten a Barcelona, porque no es que le dieran los juegos en su primera candidatura ni mucho menos.
Yo estaba convencido de que esta vez sí tocaba, aún con la dichosa regla de la rotación de continentes. Por dos motivos:
1- Estaba ilusionado con la posibilidad de visitar Madrid en 2016 y empaparme de ese espíritu olímpico mientras disfrutara de las competiciones deportivas.
2- Tuve el placer de estar en una conferencia con uno de los hombres que más sabe sobre olimpismo (y no sólo en España, sino a nivel mundial) y que además creo recordar que ha estado implicado en la preparación de la candidatura, y nos llegó a convencer de que sin duda la mejor candidatura era la de Madrid. Aunque sí que dijo que Río era peligrosa por eso de que nunca hubiera tenido Sudamérica unos juegos, y que el efecto Obama podía ser determinante.
Ojalá y podamos ver unos Juegos Olímpicos en España.