En su única incursión como director, el magnífico y legendario actor británico Charles Laughton firmó una de las películas más bellas y completas de la historia del celuloide. Un hipnótico y aterrador cuento de hadas con la fotografía y el montaje más espectaculares que uno jamás pueda imaginar. Si bien es una verdadera lástima que no prodigara más su faceta como realizador, pudo demostrar a todos que cuando uno sabe hacer las cosas realmente bien, basta con que las haga solo una vez en la vida.
En el nombre del Padre
Publicado por Sergio Alises Moreno en 14:45 Etiquetas: De cine viernes, 26 de junio de 2009En su única incursión como director, el magnífico y legendario actor británico Charles Laughton firmó una de las películas más bellas y completas de la historia del celuloide. Un hipnótico y aterrador cuento de hadas con la fotografía y el montaje más espectaculares que uno jamás pueda imaginar. Si bien es una verdadera lástima que no prodigara más su faceta como realizador, pudo demostrar a todos que cuando uno sabe hacer las cosas realmente bien, basta con que las haga solo una vez en la vida.
El solitario
Publicado por Sergio Alises Moreno en 14:05 Etiquetas: Relato sábado, 20 de junio de 2009"Que se llama soledad" de Joaquín Sabina
El cielo de la boca
Publicado por Sergio Alises Moreno en 13:00 Etiquetas: Ciclos sábado, 13 de junio de 2009"Just like heaven", de the Cure
Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que en el cielo de tu boca
Hay dulces algodones blancos
Cargados de lluvia de néctar.
Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que, aunque de él no haya soportado
ni tormenta ruidosa ni leve llovizna,
he visto el umbral que lo guarda
hecho de verjas de plata.
Yo sé que hay un cielo en tu boca.
Y sé que me gustaría tostarme al fuego
húmedo de su bóveda jugosa.
que al morir el alma
se te escapa por la boca.
Pero por tu boca se va al cielo
y yo noto que me muero
porque mi alma no te toca.
Porque no podrá alzar su vuelo
hasta el cielo de tu boca.
Fotogramas secretos
Publicado por Sergio Alises Moreno en 15:45 Etiquetas: De cine sábado, 6 de junio de 2009Última escena de Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore
Estoy seguro de que todos y cada uno de los que hayáis visto alguna vez esta película, recordaréis esta, su escena final donde nuestro protagonista Salvatore, se reencuentra con el pequeño "Totó" nada más perder a su amigo Alfredo.
Salvatore, al que todo el mundo llamaba "Totó" de pequeño, ayuda durante toda su infancia a Alfredo, encargado de proyectar las películas en el "Nuovo Cinema Paradiso", el cine de su pueblo. Junto a él descubre el amor por la magia que el séptimo arte encierra. El niño Totó atesora todos los fotogramas que Alfredo se ve obligado a cortar por causa de la censura durante todos los años que trabaja como ayudante de sala de proyección. Tras su muerte, su buen amigo Alfredo le regala un montaje de todos aquellos fotogramas que guardó de niño y que dejó olvidados en el pueblo cuando se fué a hacerse un hombre y cumplir sus sueños.
Esta escena que resume la película es interpretada sin error como un emocionado homenaje al cine. Sin embargo, sin dejar de serlo, utiliza el cine como un medio para transmitirnos un mensaje más importante. Cuando somos niños, todos guardamos en la memoria como tesoros fugaces instantes que nos hacen soñar y emocionarnos por primera vez. En ese momento no nos damos cuenta, pero esos secretos sueños de infancia son todo a lo que podemos aspirar en esta vida y encierran lo más puro de nuestras esperanzas futuras. Todas esas cosas a cierta edad, solo somos capaces de compartirlas con los amigos verdaderos. Por eso, Alfredo quiere contarle a Salvatore que un día fue Totó, un niño lleno de sueños, y le dice antes de irse que espera, durante todos los años en los que no se han visto, que haya podido realizarlos.
Por eso no olvidemos nunca, por ridículos que nos parezcan, los sueños que una vez tuvimos. Y demos las gracias de conservar amigos que nos los recuerden cuando más nos haga falta.
Tanto si alguna vez han visto esta escena como si no, disfrútenla plenamente.