Cateto de interior

martes, 24 de marzo de 2009

"Villatripas", de Javier Krahe (copla cateta)



Siempre los mismos tópicos.

"¿Eres de Úbeda? ¡Qué pueblo tan bonito tienes! Yo una vez estuve allí, y también en Baeza". Todos caemos en este tipo de clichés cuando, por educación o desconocimiento de nuestro interlocutor, necesitamos tener una conversación intrascendente.

Así me ocurre casi a diario mientras desempeño mi cotidiana labor. Trabajo en una entidad bancaria en la localidad de Benalmádena. Otro cantar es cuando se desconoce tu procedencia y se hacen comparaciones, algunas veces, inevitables. Muchos compañeros de trabajo o clientes comentan sin ningún tipo de pudor: "Pero si en la costa se vive/trabaja mejor que en ningún sitio."


Cuando a veces muestro la intención de volver a establecerme en mi ciudad natal aparece el sambenito más odiado por mí: "¿Estás seguro? Mira que trabajar en un pueblo de interior, con la de catetos que hay, la gente entra al banco como si entrara al confesionario, allí no tienen cultura financiera, todo el pueblo va a hablar de tí..."

Curiosas comparaciones. Pero parece que es el sino del Malagueño menospreciar tierras hermanas en las que sus habitantes no han tenido el privilegio o la suerte del turismo masivo, de la especulación inmobiliaria y hostelera que les ha permitido enriquecerse con desenfreno y sin esfuerzo. Estos catetillos de campo a los que les tenemos simpatía y consideración porque los pobres ni tienen lo que nosotros ni saben de la vida. Al parecer consideran que hay una relación directa entre la renta per cápita de una población y la cultura y los buenos modales de sus habitantes.

Sin embargo y pese a todo, todavía muestran en muchas ocasiones el agravio secular que sienten con respecto de los sevillanos: "Ellos piensan que lo andaluz es sólo lo suyo"... "Nuestra Semana Santa no tiene nada que envidiar a la de Sevilla"... "Los sevillanos son unos creídos, unos prepotentes"... "A ver para cuando la descentralización de los organismos de la Junta de Andalucía"...

Vivir para ver. Sintiéndome andaluz por los cuatro costados, agradezco en parte el temple castellano que me otorga haberme criado en mi tierra.

Vivir para ver.


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